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El crecimiento sin frenos del sector privado de salud.




La historia de esta columna comienza el 2011 en el “1er Congreso de Salud y Pobreza en Chile”, en aquella oportunidad y en pleno punto de prensa del Ministro Jaime Mañalich, tomé mi celular como varios periodistas que ahí estaban y le hice un par de preguntas, lo tenía en frente y era una buena oportunidad de aclarar algunas de las dudas que tenia. Meses antes me había enterado de todas las ampliaciones de las clínicas del sector oriente de la capital, entonces le pregunté al ministro “Señor Ministro, en el último tiempo hemos sido testigos de la transferencia de recursos públicos al sector privado a través de los bonos de invierno, ¿es esa una de las explicaciones del crecimiento en el sector privado, lo están haciendo para poder prestarle servicios a FONASA?”, su respuesta fue “No, en ningún caso, no se en que aventura se están embarcando las clínicas del sector oriente que usted me señala”.


Ha pasado más de un año de aquella oportunidad, entre medio se promulgó el bono libre elección para pensionados que también fue motivo de una columna, elemento que viene a sumarse a los ya existentes y que favorecen las transferencias de recursos públicos a las instituciones privadas de salud.


Sin embargo el combustible para esta columna llegó ayer a mis manos, y corresponde al crecimiento proyectado de camas en el sector privado hasta el año 2015, es sorprendente. Ya voy con los datos.


Cuando uno piensa los motivos por los cuales podría aumentar la demanda de prestaciones del sector privado inmediatamente vienen a la mente algunas respuestas, entre ellas; establecer buenos convenios con FONASA y las ISAPRES (a cuyos dueños también pertenecen las clínicas), y el otro elemento importante que aparece es un sector público debilitado y que no de respuestas a las necesidades de quienes cotizan en FONASA, y que por consiguiente haga buscar vía libre elección prestaciones en el sector privado.


La última idea planteada no es ninguna locura, y las cifras la respaldan. Sólo en el sector sur oriente de la capital donde hoy existen 82 camas, para el 2015 hay proyectadas 450, lo que representa un crecimiento de un 548% para esa zona de la capital.


Actualmente existen en Santiago 2578 camas, de aquí al 2015 se construirán 1436, llegando a un total de 4014 camas, lo que representa un crecimiento total de un 55,7%. ¿Se imaginan un crecimiento similar en el sector público? ¿No, no tienen tanta imaginación?, yo lo imaginé, sería un maravilloso escenario.


Cuando estaba en el posgrado haciendo un plan de negocios que tenía que defender un profesor fue muy claro “estamos hablando de negocios en el sector salud, no de beneficencia”. Este 55,7% no hace más que reflejar que en Chile la salud es un tremendo negocio, pero lo peor no es eso, lo peor es que es un negocio avalado por el estado y sus políticas en términos de financiamiento y otorgamiento de las prestaciones de salud. Mala cosa.

Ningún grupo económico que no supiera “como viene la mano” invertiría tanto en un sector “productivo”. Me parece que la privatización del sector salud, vía transferencia de recursos públicos seguirá creciendo sin freno alguno. Al menos hoy, no hay quien la detenga.

Publicada originalmente en Matasanos

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