El postnatal masculino que el país necesita.
Esta semana se cumplen dos años del nuevo postnatal parental. Un buen momento para discutir sobre la paternidad de los hombres. ¿Cómo es el diseño del postnatal en cuanto a la paternidad? ¿Promueve la participación de los padres? ¿Qué rediseño habría que hacer?
Como antecedente podemos señalar que, antes de la nueva ley, ya existía un postnatal de cinco días, a tomar durante el primer mes después del nacimiento, aunque sólo para padres con contrato de trabajo. Pasaron muchos años antes de que tuviéramos la actual legislación. La ciudadanía, organizada en el llamado “Movimiento por un postnatal de 6 meses” y el movimiento de mujeres, fue clave en las modificaciones que se hicieron al primer proyecto presentado por el actual gobierno. Sin embargo, las peticiones sobre la extensión del permiso para los padres no tuvieron buena acogida y fueron desechadas. Finalmente, el diseño quedó así: la madre puede transferir o ceder al padre 6 semanas a tiempo completo o 12 semanas a medio tiempo al final del período de 5,5 meses.
Luego de dos años el panorama no es muy alentador, pero resulta comprensible, pues muchos padres no se toman el postnatal. No porque no quieran, sino porque tomarlo significa competir con la licencia de la madre y restarle días al período de lactancia recomendado por la OMS. Desde la implementación de la nueva ley en 2011, según los datos disponibles, solamente en un 0,2% de los casos un padre ha tomado la licencia, lo cual equivale a 485 permisos de un total de 177.235.
La experiencia comparada muestra que este tipo de diseño de permiso parental masculino, en que la madre debe sacrificar parte de su permiso, es pésimo. No promueve la participación de los padres en la paternidad y en las tareas domésticas, ya que un escaso porcentaje de ellos accederá a la licencia.
Según las propias declaraciones de Loreto Seguel, ministra del Sernam, el objetivo de tener un postnatal parental sería promover la corresponsabilidad en el cuidado de los hijos. Sin embargo, los números son elocuentes y un diseño como el de la licencia parental, si bien es una buena política de postnatal maternal, es una pésima política de postnatal masculino o de paternidad, y no tiene ninguna intención de avanzar hacia la corresponsabilidad y la equidad de género.
Hoy la evidencia del impacto de la presencia del padre en el desarrollo de sus hijas/os es clara. Estudios longitudinales muestran que un padre involucrado en la crianza influye en que sus hijos presenten después mejores resultados en indicadores cognitivos, de rendimiento académico, menor estrés, menores problemas con la ley, entre otros efectos positivos. ¿Un padre involucrado hace una diferencia? Definitivamente, sí; aunque probablemente esos efectos se deban a que se cuenta con un cuidador adicional sin ser tan relevante el género del mismo.
Además, las madres que se sienten apoyadas por los padres reportan menor sobrecarga y estrés en la crianza de sus hijos (Fatherhood Institute, 2012). En el mismo informe, y citando a la OCDE, se señala que los permisos parentales son uno de los pocos y más efectivos instrumentos de política que están a disposición de los gobiernos para influir directamente en el comportamiento de los padres. El enfoque más eficaz es una combinación de estrategias tales como campañas y educación a padres, incluyendo siempre una licencia para ellos con sistema de cuota, es decir, no transferible a la madre.
En un reciente estudio de la OCDE (Huerta et al., 2013), realizado en cuatro países, se encontró que aquellos padres que toman algunos días de postnatal luego se desempeñan mejor como tales y se involucran más en tareas de cuidado con sus hijos/as menores de un año. Asimismo, padres que tomaron dos o más de semanas de postnatal participan con más frecuencia en acciones como dar de comer, cambiar pañales, bañar, atender durante la noche y leerles a sus hijos. Otros estudios han comprobado que cuando el padre apoya emocionalmente a la madre en la lactancia, la producción de leche y la lactancia exclusiva se incrementan.
Por otro lado, en la Encuesta IMAGES (International Men and Gender Equality Survey), aplicada en varios países, entre ellos Chile, coordinada en nuestro país por CulturaSalud-EME, se encontró que cuando los padres participan más en tareas de cuidado y crianza sus parejas mujeres reportan estar más satisfechas con la relación de pareja y con su vida sexual.
Si bien en Chile se observan grandes cambios en los últimos veinticinco años, aún estamos muy lejos de la equidad de género en las labores del hogar y la corresponsabilidad en la crianza. Somos un país conservador, donde aún las madres realizan la mayor parte de las tareas de cuidado y domésticas. La encuesta IMAGES nos hace ver que no más de un 20% de las parejas reparten igualitariamente las tareas de cuidado.
Proponemos levantar el tema del postnatal de los padres y exigirles a los 9 candidatos que se están postulando a La Moneda incluir en sus programas un postnatal que amplié a 4 semanas el actual de 5 días para todo padre trabajador (con y sin contrato). Y que rediseñe la licencia parental considerando un nuevo postnatal de 4 semanas, con sistema de cuota, exclusivo para el padre o intransferible, vale decir, “si no lo toma se pierde”, entre los 5,5 meses y el año de nacido su hija/o.
Esto permitirá mejorar los indicadores de desarrollo de niños y niñas, el bienestar familiar, avanzar a la corresponsabilidad y lograr relaciones domésticas más igualitarias entre hombres y mujeres.
Para terminar, queremos recordar que en el último Reporte Mundial de Brechas de Género del año 2012 Chile ocupó el lugar 87 entre 135 países. A lo anterior debemos sumar hechos como la alta tasa de femicidios, brechas salariales, violencia sexual contra la mujer y las altas tasas de violencia infantil, elementos que nos hacen pensar que estas estrategias, que promueven la equidad de género y la corresponsabilidad en la crianza, son –a pesar de los avances– una deuda pendiente que necesita de políticas efectivas de equidad de género a todo nivel.
Publicado originalmente en El Mostrador.