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Señores/as Candidatos/as: ¿Hablemos de salud?.




Este es año de elecciones presidenciales, y quiero hacerles una pregunta a todos los candidatos ¿En el ámbito de la salud todos promueven el status quo, o hay algún candidato que se atreva con una reforma real en salud?.

Algunos dirán que quizás no es necesario, ya que aún no pasa una década desde la última gran reforma al sector que incluía la Ley de Autoridad Sanitaria, y la ley AUGE. ¿Será entonces necesario que vuelvan a pasar 25 años para poder reformar el sector?.


En la actualidad se discute una ley que busca reformar el aseguramiento privado que otorgan las ISAPRES, que si bien es necesario producto del diseño del sistema, es importante recordar que estas instituciones no alcanzan a cubrir a una quinta parte de la población, ¿Qué pasa con el otro gran porcentaje cubierto por FONASA, para ellos no habrá reforma?. Reformar las bases del aseguramiento de la salud en Chile, tanto público como privado, cobra más relevancia aún cuando hay evidencia que señala que la elección individual del seguro público sobre el privado aumenta fuertemente con la edad de la persona (Sapello y Torche, 1998), y es clave recordar que Chile envejece. Por otro lado, un estudio muestra que familias con mujeres en edad reproductiva tiene una mayor probabilidad de estar en el seguro público (Sanhueza y Ruiz- Tagle, 2002). Pese a lo anterior, en los últimos años hemos sido testigos del cierre de servicios de geriatría en el sector público, y del aumento exponencial de camas de maternidad en el sector privado, ¿se entiende?.


Respecto del gasto en salud que hacen las personas desde su bolsillo, la reforma pasada no logró tener un impacto real. Tanto así que, hoy, somos el país de la OCDE que más gasta desde su bolsillo en salud. Por ejemplo, entre 1996/97 y 2006/07 en todos los déciles el gasto en medicamentos aumento, en todos.

¿Algún candidato propone un fondo de salud con base en la solidaridad en sus propuestas?, porque es importante recordar que el último intento por tener un sistema más solidario ocurrió en la discusión de la última reforma en la que se buscaba crear un fondo de compensación de riesgos entre Fonasa y las Isapres, con el objetivo de disminuir la segmentación entre los seguros de salud. Obviamente las Isapres se negaron, y el lobby por bloquear esta parte de la reforma tuvo sus frutos. La discusión siguió avanzando hasta su aprobación, dejando ese aspecto de lado. De hecho el propio gobierno retiró la idea ante el miedo de que la totalidad de la reforma fuera rechazada. Una vez más las Isapres ganaron.


¿Cómo financiarían una futura reforma de salud? Recordemos que en la última reforma, se había propuesto un financimiento basado en el aumento de impuestos al alcohol, tabaco, diésel y juegos de azar, sumado a un aumento de un 0,25% del IVA. Finalmente la reforma se financió sólo con el aumento del IVA, y no en un 0,25%, sino que en un 1%. Lo anterior es regresivo, ya que pese a que el primer decil es el que menos aporta a la recaudación total del IVA (1,8% versus 33% del último decil), su aporte es proporcionalmente mayor a su ingreso, que lo que aporta el decil mas rico. Pese a lo anterior, el “subsidio neto” si es progresivo, ya que la cobertura por AUGE disminuye a medida que aumenta el decil de ingreso. ¿Sin embargo en un país como el nuestro basta con aumentar sólo un 1% del IVA, y nada más que eso, para financiar una reforma de esa magnitud? Si consideramos que el costo del bolsillo de las personas sigue siendo el mismo, y el más alto de la OCDE, me parece que la respuesta obvia sería un rotundo NO.


Finalmente, y esta pregunta la planteo porque soñar no cuesta nada, ¿Seguiremos teniendo un “mercado” de salud segmentado que opere con criterios de rentabilidad? Lo digo porque desde 1973 hasta hoy la salud ha vivido una transformación privatizadora sin descanso, que muy bien explica Carolina Tetelboim en su libro “La transformación neoliberal del sistema de salud en Chile: 1973-1990. Reformas de primera generación”. Además esgrimir como argumento que el “Estado es ineficiente” en términos de la administración de la salud, y que por eso la salud debe privatizarse, es una mentira enorme. Chile con el presupuesto en Salud que tiene, cuyo percapita es más bajo que varios vecinos, logra indicadores muy superiores poniéndonos incluso al nivel de países desarrollados. Así que señor candidato, no salga con ese discurso del “estado ineficiente”, porque nuestra propia experiencia muestra que ese argumento no tiene ningún sustento.


Sólo para cerrar y aprovechando la contingencia. Si usted sale elegido, no crea que los profesionales de la salud somos tontos, y no mienta con cosas que todos sabemos que no son. No haga como Mañalich que anunció el año pasado el fin de las listas de espera en los hospitales, en circunstancias que todos los que estamos dentro del sistema sabíamos que eso no era real. No vaya a ser cosa que como el Ministro luego tenga que, con toda “humildad”, recular en sus declaraciones.


Ya lo sabe Señor Candidato/a, es el momento de saber que piensa usted de la salud en Chile. Si usted no quiere hablar de ella de forma espontanea, es labor nuestra (profesionales de la salud y ciudadanos) promover la discusión.

Publicado originalmente en Matasanos

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