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Y finalmente ocurrió!


Habían muchos ojos, y lo digo en el sentido figurado, esperando que lo de ayer ocurriera. Recalco lo del sentido figurado, porque fue un nacimiento donde el respeto y la intimidad fueron elementos claves, junto a la autodeterminación y autonomía que siempre tuvo Susana de plantearnos sus necesidades, y requerimientos.


Susana fue la primera mujer en parir en la Sala de Atención Integral del Parto (SAIP), y Mía fue la primera bebé en nacer en ese lugar. Ambas estuvieron siempre acompañadas por su pareja/padre quien tuvo un rol activo a la hora de ayudar a manejar el dolor con métodos no farmacológicos.


No fue un parto natural, pero si fue un parto mínimamente intervenido. Susana, que tenía un parto anterior, hizo uso del jacuzzi, del balón kinesico, de calor local, le aplicamos masajes, y cuando ella estimó necesario, solicitamos la analgesia peridural a los 8-9cm de dilatación. Luego de la peridural no fue necesario el uso de oxitocina, la dinámica de ella nunca menguó. Esto último lo señalo porque nos hemos mal acostumbrado a utilizar peridural + oxitocina como si de un Combo del McDonalds se tratara.


Finalmente Mía nació en un parto asistido en posición de cuadrupedia (4 apoyos), estuvo en contacto piel con su madre durante una hora y cuarenta minutos, y solo recién ahí se le hizo la atención inmediata. Hubo lactancia precoz.


Fue un parto bien lindo, uno que no olvidaremos porque fue con el que damos por inaugurada las SAIP, y su marcha blanca.


Aprovecho de destacar el cariño que transmitieron a la mujer, y su pareja, en todo minuto la técnico en enfermería y la matrona con quienes acompañamos este nacimiento.


Felicitaciones a todo el equipo, lo que muchos esperábamos, ya está ocurriendo!!


Gracias Susana por la confianza!!

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